Este nombre es utilizado comúnmente en la cultura Cristiana de hoy día, no aparece explícitamente en las escrituras y se usa para establecer un vínculo de paternidad entre alguien que está en autoridad y su discípulo. Particularmente, pensamos que hacemos mejor cuando empleamos el término “hijo en la fe”, utilizado por el apóstol Pablo. Nótese que nuestro Señor Jesucristo solo empleó los términos de Padre, hijo y hermanos, no utilizaba adjetivos o palabras adicionales. Debemos tomar en cuenta el factor emocional que nuestra alma ejerce sobre la figura del único Padre espiritual que tenemos, y no es otro que Jehová nuestro Dios. Si bien es cierto que somos un cuerpo en Cristo, entonces debemos aceptar que somos realmente hijos espirituales de un único Padre Espiritual.
Creemos necesario mantener una diferenciación entre lo que operamos como ministros y lo que está solo reservado al Padre.