Una de las formas más utilizadas por Dios para hablarnos es a través del testimonio escrito, es decir la Biblia.
Se le llama la ley y los profetas al testimonio de los hombres que han hablado por boca de Dios y por ellos mismos como testigos presenciales de su poder y gloria.
En la ley y los profetas está contenida la figura, las sombras o las proyecciones de nuestro futuro.
Me explico de otra forma, la sangre de los corderos en los dinteles de las puertas de las casas hebreas fue la sombra o proyección de la sangre que Cristo derramo en su pasión y muerte, Moisés es el mediador del viejo pacto y Jesucristo el mediador del nuevo pacto, el cruce del mar rojo representa el bautismo en agua que acusa en el hombre el abandono de una identidad y vida equivocada, para adquirir una nueva existencia, es decir salvación.
Luego de pasar cuarenta años vagando en el desierto los hijos de Israel estaban listos para entrar en la tierra prometida a fin de conquistarla, arrebatando el territorio a los moradores de esas tierras.
Observa más proyecciones entre lo viejo y lo nuevo: Moisés no acompañaría a Josué en la conquista del futuro reino, sino que sería el mismo Espíritu de Dios quién lo haría. Jesucristo subió al cielo cuarenta días después de su resurrección, pero antes les dijo a sus seguidores que vendría el Espíritu Santo para estar con ellos y compañarlos en la gran comisión de llenar la tierra del monte de Jehová.
Quiero que compares los siguientes versículos para que veas la sombra y la proyección:
Sombra:
Jos 1:9: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Proyección:
Mt 11:12: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”
A la palabra violencia le hemos dado una connotación negativa, ya que usualmente la empleamos para describir cosas malas. Es por eso que encuentro necesario hacer un rescate de su correcto significado desde la perspectiva etimológica.
Violencia, procede de Vis, que significa fuerza, y Olemus que significa abundancia o mucho. En consecuencia, podemos decir que violencia es hacer con mucha fuerza, o esforzadamente.
El reino de Israel se forjó con el esfuerzo y la valentía de hombres que creyeron en un Dios que iba delante, venciendo a naciones más grandes y fuertes que ellos.
Y he aquí nuestros días, he aquí la proyección, desde los días de Juan el bautista, los violentos arrebatan esta tierra que ha sido reclamada por su único Dueño y Señor. Los violentos de estos días son los nuevos esforzados y valientes que vamos extendiendo el reino de los cielos en esta tierra hasta que todos los enemigos de nuestro Señor sean vencidos, y si tenemos entendimiento, y si miramos hacia atrás, veremos como el Espíritu de Dios nos ha acompañado desde ser un puño de ciento veinte seguidores a ser la tercera parte de la población mundial.
Dios no hace acepción de personas, el pactó con un pueblo y ese pueblo tuvo que luchar, pero ese pacto terminó.
He 9:11,15-17: “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
…
15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
16 Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.
17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.”
El Señor de gloria estableció un nuevo pacto, y como Dios no cambia ni hace acepción de personas, entonces nosotros con violencia tendremos que llenar el monte de Jehová por toda la tierra, como lo hicieron los israelitas en la tierra prometida. Pero no con espada de hierro, sino con la espada del Espíritu de la Palabra.
Violencia es sacar el mundo del corazón.
Violencia es saber rechazar el árbol del conocimiento del bien y del mal cada vez que se presenta en nuestras vidas.
Violencia es tener el coraje para hacer las cosas que hay que hacer.
Violencia es tener el coraje para dejar de hacer la cosas que hay que dejar de hacer.
Violencia es enfrentar los miedos y temores hasta vencerlos.
Violencia es mantenerme firme ante la aflicción, ante la condición, ante la circunstancia.
Violencia es mantenerme firme cuando vea a mi hermano caer, porque entonces, ¿quién lo va a levantar?.
Violencia es aceptar el llamado de Dios.
Violento es aquel que tiene la fuerza (al Espíritu de Dios) para creer en lo que no ve.
Violento es aquel que hecha afuera la incredulidad, aún cuando las cosas no se den a su manera.
Violencia es luchar y creer que podemos llegar a ver el día en que los gobernantes de la naciones teman y crean en nuestro Dios, que sean hombres y mujeres ganados para Cristo y su reino.