Fil 3:8: “8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,”
Tener por basura algo no significa necesariamente que se debe botar ese algo, ésta fue la expresión que Pablo utilizó para comparar el valor de la revelación de Cristo con respecto al entendimiento de las escrituras que había acumulado durante toda su vida hasta ese momento.
Si te dijera que todo lo que has aprendido hasta este momento debes considerarlo por basura, ¿te sentirías ofendido?, ciertamente el conocimiento adquirido en un tiempo, puede volverse una piedra de tropiezo para el nuevo conocimiento de Cristo. ¿Cómo que nuevo conocimiento, no es acaso la misma palabra?
¿Acaso Pablo desconocía las escrituras?, para nada, él era doctor de la ley y estudiaba la misma palabra que tú y yo manejamos hoy.
Un odre viejo no puede retener vino nuevo, es necesario tener un odre nuevo ó que el odre viejo entre en el proceso de renovación y transformación, a fin de poder recibir el vino nuevo. Lo que si es seguro es que el vino viejo no puede mezclarse con el vino nuevo porque perderá sus cualidades y propósitos.
2Co 4:16: “16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.”
Lo que recibiste ayer sirvió para ayer, lo hayas aplicado o no. Lo que recibas hoy te servirá para hoy lo quieras aplicar o no.
La palabra como agua fresca fluye desde el río que sale del trono de Dios, esta palabra es nueva cada día y cada día debemos buscarla. Cuando estamos en Cristo, esa palabra fluye continuamente en nosotros de modo que no experimentamos sed jamás, sino que manifestamos vida.
¿Porqué resistimos tanto lo nuevo de Dios?, sencillamente porque el odre no se está renovando. Era necesario que se renovará la vista de Pablo para ver con nuevos ojos la palabra de Dios luego de que se le cayeran las escamas.
Hoy queremos abordar la palabra de Dios sin tomar en cuenta que estamos llenos de escamas que nos impiden ver con claridad.
La reforma llegó, el cambio de mentalidad de Reino de los Cielos llegó, no permitas que tú odre no sea el adecuado para recibir lo nuevo del Señor.
1Co 2:9: “9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.”