¿Un Reino en modo de espera?

No es tiempo de esperar, es tiempo de actuar

«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan«. Mateo 11:12

     Es evidente que el mensaje o el evangelio de Cristo es un Reino, el Reino de los Cielos. Fue la visión de Dios desde el principio, al crear al hombre a su imagen y a su semejanza, y darle el carácter de señor de la tierra (Génesis 1:26-28).

Del Reino de Cristo hablaron los profetas, al ser inspirados por Dios, siendo señalado como un Reino de justicia y de rectitud que traería paz y prosperidad sobre la tierra, al mismo tiempo que la corrupción, la injusticia y las tinieblas son raídas de ella.

Al gran rey Nabucodonosor, de Babilonia, al tener inquietud de los tiempos por venir (Daniel 2), le fue revelado por Dios los reinos posteriores al representado por la cabeza de oro de la estatua. Cada uno con menor gloria que el reino anterior. Pero también vio como una roca quebrantaba y desmenuzaba toda la estatua (con los imperios representados) hasta no quedar nada. Finalmente, de esa roca se haría un gran monte que llenaría toda la tierra. Fácilmente podemos entender que esa roca es Cristo y que ese monte en el glorioso Reino de los Cielos con los hombres, su Iglesia.

La iglesia de Cristo tiene un papel determinante para el cumplimiento de los propósitos eternos de Dios sobre la tierra, la vida de fe no es una condición de espera, pues la fe es acción (Hebreos 11), en tal sentido, cómo iglesia, estamos llamados a actuar.

Después que el corazón de Abraham fue revelado al Señor, Abraham recibió una promesa de parte de Dios (Génesis 22:17) «tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos», esto denota una posición activa para conquistar.

Pablo escribe a los Gálatas lo siguiente: Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham (Gálatas 3:7). En tal sentido, a quienes nos ha sido manifestada la fe, por la gracia de Cristo, nos es dada también la responsabilidad de obrar sobre la tierra en función del establecimiento del Reino de los Cielos y manifestar la justicia perdurable.

Cuando Cristo fue revelado a sus discípulos (específicamente a Simón), pasaron varias cosas:

Mateo 16:18-19

Tu eres Pedro

Sobre esta roca edificaré mi Iglesia

Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Te daré las llaves del Reino de los Cielos

Sea que permitas o que prohíbas, el Cielo te respaldará.

Esto significa lo siguiente:

A la identidad de Cristo en el hombre, a la naturaleza espiritual, le es concedido el ser edificada como monte sobre el fundamento de la Roca que venció, para llenar toda la tierra. Y las puertas del Hades no van a prevalecer, antes, van a sucumbir al avance de la Iglesia. Se disiparán las tinieblas a la manifestación de la Luz. Estaremos estableciendo la cultura de Reino sobre cada rincón de la tierra y el cielo va con nosotros.

NO ES TIEMPO DE ESPERAR, ES TIEMPO DE ACTUAR.

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