Dios no escoge a hombres valientes y esforzados, no escoge a hombres sabios y entendidos, no escoge a hombres ricos o diestros en las artes de guerra. Entonces: ¿quiénes son los escogidos de Jehová y qué caracteriza a un escogido suyo?.
Primero que todo debemos colocarnos en la perspectiva de Dios, es decir, desde la ubicación que tenemos juntamente con Cristo a la derecha del trono de la gracia. En segundo lugar debemos tener claro que Dios no hace acepción de personas, es decir, no favorece a unos en detrimento de otros. Esto da pié para dejar claro como tercer punto que nuestro entendimiento de la palabra “escoger” es muy diferente al de Dios. Y en último lugar, Dios no excluye a nadie de su propósito divino (Juan 3:16).
Entonces que quiere decir ésta frase: “Muchos son los llamados pero pocos los escogidos”.
Lamentablemente esta palabra, “escogidos”, ha traído tropiezo al corazón de los creyentes que no buscan en el amor y la gracia de Dios, ellos mantienen con necedad los esquemas naturales de un mundo sumergido en la impiedad.
En la parábola de las bodas de Mateo 22, está la clave para entender quienes son los escogidos, allí descubriremos lo que el Espíritu Santo quiere tratar en nosotros.
La parábola nos habla primeramente de los invitados, éstos son todos aquellos que despreciaron al Señor Jesucristo, el destino de estos es la muerte. No es un tema de venganza como lo percibe el hombre carnal, es la consecuencia natural de alguien que deja de beber de la fuente de vida y simplemente se seca.
Luego los siervos del rey buscan a los “buenos y malos” que están en las “encrucijadas” de la vida para llevarlos al festín, estos buenos no significan que sean buenos, porque bueno sólo es Dios (Marcos 10:18), lo que significa es que son menos malos que los malos y aquí es donde vemos la gracia actuar. El punto cumbre de todo este relato es que todos ellos están vestidos para las bodas a las que no se les invitó, esto habla de justicia, Él hace justos a los que aceptan su llamado sean buenos o sean malos, no importando su condición o pasado, ellos son puestos en el lugar de honor porque uno mayor pagó por ellos.
Aquí están los escogidos, aquellos que aceptaron a Cristo, aquellos que se humillaron y dejaron lo que estaban haciendo, su manera de vivir, para ser revestidos de Cristo y participar en las bodas del cordero, estos son los escogidos que en el insondable conocimiento de Dios fueron señalados desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4).
Puedo concluir que el escogido es aquel alcanzado por la gracia y que dispuso en su corazón perseverar hasta el final en Cristo Jesús.