Los seres humanos tenemos la tendencia a buscar explicación y clasificar todas las cosas. Es por ello que quiero hacer una clasificación personal de la Iglesia para dividirla en dos tipos, una es la “Iglesia que quiere vivir” y otra que llamó la “Iglesia que está muriendo”.
Debemos vivir para morir, parece una frase poco inteligente y sumamente básica, aún así encierra un profundo significado sobre los dos tipos de Iglesia.
Los zombies están de moda en las películas, son los muertos que caminan, comen carne de los vivos y aún así continúan muertos. Ésta es la alegoría perfecta para ilustrar a la iglesia que quiere vivir, pero que en su afán por la vida continúa muerta. No hablo de aquel que está vivo solo porque respira, no, hablo de aquel que no ha logrado llegar a ser, es decir a señorear, sojuzgar, multiplicar, fructificar y llenar la tierra.
“Puedes estar vivo pero no vivir”, ésta es la tragedia de la humanidad. Si no llegas a ser para lo que fuiste diseñado, entonces no llegarás a vivir, estarás malversando tu vida en despropósitos.
Estar en la presencia de Dios, junto a los hermanos en la fe, durante las alabanzas y adoraciones al Señor, y aún así estar como un palo, sin participar de todo el mover espiritual, es lo que yo llamó un zombie congregacional. Son hermanos que viven como muertos, están en la búsqueda de Cristo, pero aún no logran vencer sus esquemas mentales que tanto daño han causado. Aquellos que van a la congregación para recibir una palabra que no practican, un milagro que no agradecen o sencillamente un favor concedido que no los edifica, son los que van a comer de los vivos pero continúan muertos.
Sus vidas siguen iguales, dependiendo mayormente de ellos y del “favor de Dios”, como si se tratara de una obligación que Él tiene por ellos asistir al templo todos los domingos.
La iglesia verdadera es aquella que se ve como “cuerpo de Cristo”, es decir, sabe que su propósito es morir para poder resucitar y dar vida a otro. Un muerto no puede dar vida, solo el que vive muriendo puede darla.
La iglesia que está muriendo es aquella que ha entendido su papel, aquella que honra su propósito de establecer el Reino de los Cielos como Cristo lo hizo en esta tierra.
La Iglesia que está muriendo lo hace porque está alineada a su prójimo y en ese servicio gasta la vida. Eso es seguir a Cristo, pocos lo entienden y los que lo entienden no quieren asumir semejante sacrificio, esa es la cruz que debemos tomar cada día.
Y tú, ¿a qué tipo de iglesia estás perteneciendo, a la que quiere vivir o a la que está muriendo?
El que sirve, muere para resucitar, porque ha reconocido que vivía como muerto. Muere al imperio de la carne para servir en el Reino de los hijos de Dios.
El que sirve da, y no se sienta a esperar que le sirvan; el que sirve desarrolla su propósito; el servicio ocupa al alma para que no se distraiga con los estratagemas del mundo y su príncipe.
El único servicio acepto es aquel que no espera recibir nada a cambio, porque se entiende que la realización del ser humano está en dar la vida por el prójimo a causa del amor.
Esta es la realidad de las congregaciones, todos son necesarios, lo que quieren vivir y los que están muriendo. ¡Cuanto desearía que todos buscáramos morir!, pero sé que es una decisión muy personal de cada quién.
¿A cuál de las dos iglesias perteneces tú?…