“Ser la imagen de Dios en la tierra”, es una frase que se oye bien, suena hasta atractivo para aquel que está buscando hacer de Dios el centro de su vida.
La religión nos ha llenado de conflictos de imagen, y también el bombardeo constante de imágenes que el mundo pone ante nuestros ojos a cada instante.
Así como el hombre necesita el aire para respirar, así también el espíritu del hombre necesita una imagen que lo haga vivir. Esto no es un simple pensamiento o idea sacada de la imaginación de un artista, esto es una realidad y verdad espiritual. Así fue concebido el diseño, así fuimos hechos y solo así podemos funcionar.
¡Los hombres fueron hechos para operar por imagen!, somos como un reproductor de discos, necesita que el disco sea introducido para poder hacer sonar la música.
¿Dónde encuentra el hombre la imagen que lo hace funcionar?. Simple, el hombre encontrará la imagen que tenga a su alcance y sea atractiva para él. La imagen de Adán debió ser Eva, la imagen de Eva debió ser Adán. Tu imagen de niño fue tu mamá, más grande fue tu papá, luego fueron tus amigos del colegio y finalmente la imagen que debiste tener de por vida fue la de tu cónyuge.
Ahora bien, ¿que pasaría si el disco (la imagen que debes tener para funcionar) suena mal, o está rayado, o su contenido no es conveniente?. Pasaría que vas a sonar mal, rayado e inconveniente para el propósito con el que fuiste diseñado.
Eso fue lo que pasó con los primeros Adán, él dejó de ver en Eva su imagen y ella dejó de ver en Adán su imagen.
El hombre sin la correcta imagen se vuelve débil y no puede operar a toda su capacidad. Un hombre sin imagen es el resultado de un hombre dividido, un hombre dividido perece, es fácil presa de animales que buscan su debilidad para cazarlo y matarlo.
Basta con desenfocarse aunque sea un poco para seguir un camino incorrecto, basta con desenfocarse un poco para ver la imagen del maligno hacerse presente en tu vida. ¿Y si todos tuviéramos la imagen del maligno, entonces cuál imagen deberías buscar para enfocar?. La respuesta es la imagen de Cristo, ésta la debes buscar en hombres y mujeres que ya tengan su imagen y luchen por mantenerla cada día de sus vidas perseverando hasta el final.
Eva tomo la imagen del maligno, la vió atractiva para ella y funcionó en ella, Adán reflejo la imagen distorsionada de Eva en él porque también la vió atractiva.
Se necesita determinación, ser esforzado y valiente para no desenfocarse de la imagen correcta.
Un hombre dividido no prevalece, espíritu, alma y cuerpo divididos son fáciles de vencer, decir una cosa y hacer otra es señal de división, una boca capaz de hablar amargo y dulce es división, servir sin amor es fruto de alguien que está dividido, arrepentimiento sin cambio es división y salvación sin Reino es una utopía creada por hombres divididos.
El segundo Adán nunca se desenfoco de la imagen de su Padre, aquel que le veía a Él, veía la imagen de Dios, pero solo lo revelaba a quién Él quería.
Mi consejo para ti es que te enfoques en la imagen de prójimos que operan con la imagen de Cristo en sus vidas, allí verás a ese Cristo que anduvo en la tierra reinando como hombre, y así caminarás sanando, liberando, trayendo palabra que consuela al quebrantado de corazón y al cautivo de espíritu, acercando el Reino de Dios en esta tierra hasta que llegue el día señalado, y ese día el autor de la vida te hallará haciendo su obra por amor a Él como Él lo hacía, porque te convertiste en Él.