La tendencia de aquellos que interpretan las escrituras como que el reinado milenial de Cristo no ha comenzado, someten a la iglesia a ser vista como una institución sin futuro en la tierra. Para que trabajar, para que casarse, para que tener hijos, si vamos a ser raptados, pero no, ellos trabajan, se casan, y tienen hijos, una perspectiva que habla de una fe débil en esencia, no hay concordancia entre lo que predican y hacen. Hay otros que esperan la negra gran tribulación y el fin. Ellos se preparan para guardar su salvación, pues irán al cielo y adorarán en todo tiempo al Señor, éstos, se parecen a los primeros, porque presentan una visión de derrota.
Irónico, Cristo venció, pero su cuerpo no pudo vencer. Que escatología más mediocre y falsa, que raya en la verdadera apostasía.
¿Dónde queda la frase: somos más que vencedores?
No puedo creer que una iglesia tan poderosa en Cristo sea derrotada por un mundo corrupto. ¿Dónde está la lámpara, la sal?. ¿Nos convertimos es esa sal que no sala?.
El pesimismo triunfalista es la verdadera disociación colectiva que debilita a la esposa de Cristo hoy en día.
Gracias a Dios que hombres y mujeres atentos y dispuestos a cuestionar el testigo que se nos ha entregado, tenemos en nuestras manos el poder de romper con estos fatales pensamientos y doctrinas.
Basta solamente leer las escrituras respetando el contexto, dejando de lado las religiosidades y el literalismo enfermizo, con una visión crítica, para entender y ver la verdad.
La verdad es que Cristo reina, y desde su ascención al trono, su dominio ha ido creciendo paulatinamente como la levadura en las tres medidas de harina, y como la semilla de mostaza plantada en la tierra. Es romanticismo lleno de ingenuidad, pensar que un Reino milenial (eterno), es el fruto de un abrir y cerrar de ojos, dónde Dios lo hace todo, y el hombre solamente confiesa a Cristo como su Señor.
Si después del Edén, después del diluvio, después de las cautividades, y después de la venida Jesús como hombre, no se dio el abrir y cerrar de ojos, entonces, ¿Si va a ocurrir el Reino Milenial, en lo que se ha llamado la segunda venida de Cristo?.
Si hubiésemos vívido en Jerusalén, entre el año 30 y 70 d.c., podrían tener cabida a medias éstas doctrinas pesimistas.
Hoy, la verdadera lucha es entre el humanismo del hombre, que es la verdadera religión del mundo, y el Reino Milenial que ya esta vigente en medio de nosotros.
¿Con armas poderosas de luz, con el Espíritu Santo como garantía, y con un Rey sentado victorioso en su trono, vamos a perder?.
La tierra está servida para los violentos, y el único arrebatamiento pendiente en el mundo, es el que los hombres y mujeres esforzados y valientes han venido a manifestar desde hace más de dos mil años. Un Reino que sufre violencia, donde sólo los violentos lo arrebatan.
Es verdad que las noches son oscuras y que todo parece estar en tinieblas en estos días, pero, ¿no será porque las lámparas no han entendido que su lugar es en el candelero y no debajo de un almud?