Estamos hechos para hacer justicia, nacimos para que se cumplan cada una de las palabras de Dios, todas ellas sin excepción. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” Mateo 24:35. El mismo Señor Jesucristo dijo éstas palabras para que pudiéramos dimensionar lo poderosa que es esta verdad. Tu y Yo estamos llamados a darle cumplimiento a las palabras escritas en Isaías 65:17-25, éstas son las palabras para hacer justicia en nuestro tiempo.
Si anhelamos, perseguimos y logramos arrebatar el cumplimiento de una palabra profética en nuestra vida, entonces glorificamos a Dios, porque la justicia es el cumplimiento de su palabra. Cuando glorificamos a Dios en justicia, nosotros también somos glorificados en Él, y cuando la gloria de Dios se ve en nosotros, entonces traemos la renovación y la extensión del Reino de los Cielos a esta tierra.
En Juan 17:4-5 Jesús dijo: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”.
Tú que escuchas estas palabras, glorifica a tu Dios haciendo su justicia para que al igual que Jesucristo, tu también seas glorificado en el Padre. Éste es el verdadero sentido de la unidad que tanto oraba Cristo al Padre mientras estuvo aquí en la tierra.
Los nuevos cielos y la nueva tierra que fueron profetizados en Isaías y Apocalipsis, hablan del nuevo gobierno restituido por Cristo y que delegó en su esposa, su cuerpo, la iglesia, para que señoreara el mundo hasta arrebatarlo por completo para su Marido. Esta es la justicia perdurable que habla el profeta Daniel en el capítulo 9 versículo 24.
Ten muy en cuenta lo siguiente, Dios requirió de un Abraham, de un José, de un Moisés, de un Josué y hasta del mismo Jesucristo para hacer justicia dándole cumplimiento a la palabra profética escrita en la ley y los profetas. En consecuencia, también necesitará de hombres y mujeres que estén dispuestos a cristalizar sus palabras en nuestra generación y en las generaciones por venir.
Muchos pueden objetar las sanidades, los milagros, prodigios y señales de un Dios maravilloso, pero lo que nunca podrán objetar es una palabra profética cumplida y que anuncia a los cuatro vientos que Dios es Dios de este mundo, el cual tiene todo bajo su control y dominio.
Te hablo a ti , iglesia con entendimiento, te hablo a ti, a la esposa llamada a hacer justicia, te hablo a ti , hombre y mujer de Dios, te hablo a ti, tienes una obra que hacer, hazla.