Esperar en Dios

No hace falta esperar con paciencia cuando aprendes a esperar con propósito.

     ESPERAR es tener la esperanza de realizar algo que se desea. Es creer o tener confianza en que sucederá una cosa.

Es ésta esperanza la que nos permite hacer planes y vivir cada día diseñando el siguiente amanecer. Ahora bien, qué pasa cuando esos planes o diseños tardan en concretarse?. El reloj corre y se van sumando días, y a los días semanas, y a las semanas meses y a los meses años sin lograr ver la culminación de ese plan.
 
Dice la biblia:
Eclesiastés 3:1-8 dice: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.»
 
Es hermosa y esperanzadora esta palabra, pero:
📌 ¿Cómo se espera entre la siembra y la cosecha?
📌 ¿Cómo se espera la alegría en medio de la tristeza?
📌 ¿Cómo se espera el consuelo en medio del luto?
📌 ¿Cómo se espera la sanidad en medio de la enfermedad?
📌 Cómo se espera la justicia en medio de la injusticia?

📌 Cómo se espera la paz en medio de la crisis?

La respuesta del cómo, viene cuando descubrimos que en el lapso de espera hay un propósito que debo desarrollar, no es sentarnos y dejar todo el trabajo a Dios, se trata de que a pesar de la circunstancia difícil que estemos viviendo y de la debilidad que haya en nosotros, el poder de Dios se perfecciona para que a través de la palabra en la que hemos creído caminemos y hagamos nuestra parte.
 

Dile no a la queja y a la murmuración, no a la duda, deja de añorar los tiempos pasados porque el mejor día es el que estás viviendo. Eclesiastés 7:10 dice: «Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que éstos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.»

El pasado no lo puedes cambiar, pero tu presente si puede preparar tu futuro de victoria, aquel que Cristo ya conquistó en la Cruz.

Muchas veces decimos que Dios nunca llega tarde; pero es que generalmente tampoco llega temprano, porque el usa estos periodos de espera para que podamos hacer crecer esa medida de fe que nos dió.

Dice el libro de Romanos en el capítulo 4, que Abraham creyó en esperanza contra esperanza y no se debilitó en la fe, tampoco dudó. Así como Abraham, podemos ver en la biblia hombres y mujeres que esperaron, trabajaron, caminaron, se unieron a la voluntad de Dios; algunos alcanzaron la promesas y otros no. Hombres y mujeres que se dejaron tratar por Dios en su temperamento uniéndose al plan divino para formar el carácter de Cristo.

Noe construyó un arca por mucho tiempo en una tierra donde no había mares.
 
Abraham recibió una promesa a los 75 años y la alcanzó a los 100 años (25 años esperándola).
Moisés murió sin poder entrar a la tierra prometida, sólo la vio de lejos.
 
Lo importante no es ver cumplida la promesa, sino ver a Dios en el camino a la promesa. Él mismo es la garantía de tu llegada.

Alcanzando o no la promesa, tu y yo debemos caminar para ser INSTRUMENTO EN LAS MANOS DE DIOS, nuestras vidas están escondidas en Cristo y es desde allí donde debemos comenzar a manifestar el Reino de los Cielos en esta tierra. Que la espera por la restauración de la tierra se convierta en el propósito por el cual cada día te levantes y determines convertirte en la provisión de Dios, para llevar paz, gozo, buenas nuevas, sanidad, salvación y vida al lugar que estés.

2 Corintios 4:17-18: «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez mas excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Enseñanzas Recientes

También puede leer algunas de nuestras otras enseñanzas.

Contacto

Ministerios de La Gracia – Todos los Derechos Reservados.