Gn 3:10: “Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”
El miedo es la reacción de nuestro ser cuando nos enfrentamos a un peligro real en un momento específico, así fuimos diseñados; esa sensación dispara un conjunto de hormonas en nuestro cuerpo que logran incrementar nuestro nivel de reacción a fin de proteger lo que amamos. Los miedos siempre se enfrentan y en la medida que se haga, desaparecerán.
El temor es otra cosa. El temor es el resultado de vivir sin confianza, y nosotros no fuimos diseñados para vivir así.
El miedo es una reacción al presente, pero el temor es una reacción anticipada a un futuro que no ha ocurrido. El miedo es una reacción a lo real, pero el temor es una reacción a lo posible.
El miedo es circunstancial, el temor permanece, por eso el temor es tan peligroso y se convierte en una cárcel que nos quita la vida, las hormonas que una vez fueron buenas, terminan haciendo daño a la persona que vive con temor.
El miedo es una emoción, pero el temor es, antes que nada, un pensamiento que hiere la razón y lo peor de todo es que esa herida nunca termina.
Adán tuvo miedo y así debió ser, enfrentarse a su Dios por primera vez en pecado, le produjo esa sensación ante lo que pudiera acontecer.
El temor de Dios es otra cosa muy diferente, pero no es objeto de ésta enseñanza.
El temor se fabrica y manipula las mentes de los desconfiados. El hombre de poca fe es un hombre desconfiado.
Los sistemas de gobierno que se alejan de la palabra de Dios terminan oprimiendo a los gobernados, fabricando temores y exponiendo a la población a miedos repetitivos, a fin de generar zozobra, que son cadenas de temores. Es una forma despiadada y efectiva de controlar las personas.
El nuevo orden mundial es un esquema de control creado para infundir temor en la población: escases y encarecimiento del combustible, pandemias, calentamiento global, guerras y rumores de guerras, suspensión de servicios públicos, ahora venimos por tus hijos, y muchas otras formas de control.
Debes entender que el amor no se mezcla con el temor y si Dios es amor, entonces el temeroso vive forzadamente lejos de Dios, como un lisiado espiritual.
1Jn 4:18: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”
Separados de Dios es en sí mismo el peor castigo y tus temores traen esa oscura consecuencia a tu vida.
Los miedos se enfrentan, los temores no. Sólo podemos enfrentar lo que es y los temores aún no llegan a ser, en consecuencia, el campo de batalla una vez más está en nuestra mente, la cual el enemigo que Cristo venció en la cruz sabe cómo manipular muy bien.
Debes conocer que en la historia de este mundo que nos toco vivir, han ocurrido dos verdaderos órdenes mundiales, el primero fue el orden mundial de Adán, que cayó por la falta de unidad. Y el segundo es el orden mundial de hijo primogénito de Dios, que se mantiene a causa de la unión de Cristo con su iglesia (la esposa) por el Espíritu de Dios.
El mal llamado orden mundial fabricado por el hombre es un realidad, pero no es una verdad.
Debes entender que existe un oculto orden mundial religioso dirigido a mantener distraída de su propósito a la comunidad cristiana. A base de engaños forzados y malas interpretaciones hemos caído víctimas de un plan que infunde temor a los nacidos en los tiempos del reino.
Lo que Cristo hizo en la cruz del calvario fué una sola vez y para siempre. El que le hace Señor es salvo por ese sacrificio. Cristo no salva dos o más veces. Morir o vivir en Cristo es igual, tenemos su salvación.
Seguir creyendo que la segunda venida de Cristo es un arrebatamiento salvador, es vivir engañados, es vivir con una esperanza fundada en el temor, es menospreciar el sacrificio de la cruz.
Iglesia, la segunda venida de Cristo no es para salvar a nadie, ya Él lo hizo en la cruz. Su segunda venida es para que todos, vivos y muertos vallamos a rendir cuentas en el día del Señor, en el día del Juicio. El temor pernicioso de guardar la salvación, esperando otra, te desenfoca de tu propósito para este tiempo.
El Señor nos pedirá cuenta de lo que Él nos mandó a hacer: LLENAR LA TIERRA DE LA GLORIA Y EL DOMINIO DE SU REINO HASTA QUE TODOS SUS ENEMIGOS ESTÉN POSTRADOS A SUS PIES.
Éste engaño de la mal entendida segunda venida, tiene paralizada a la Iglesia, la iglesia no está gobernando, la iglesia quiere salvarse y esto es un error grandísimo. La iglesia ya es salva, es la esposa, tiene autoridad y poder por el Espíritu Santo, y tiene un mandato claro.
El reinado de Cristo en la tierra no empieza en su segunda venida, el reinado de Cristo en la tierra inició el día que se sentó en su trono viniendo en las nubes para estar con su Padre.
Los gobernadores del mundo y los religiosos no quieren que despertemos a esta verdad, quieren que vivamos con el temor de si nos vamos o no para el cielo. DESPIERTA.
El significado de iglesia es JUNTA DE LOS LLAMADOS A EJERCER GOBIERNO, debemos hacer honor al nombre que se nos dió.
No es que los pastores se metan a políticos y gobiernen, es que los hijos de Dios, entendidos en los tiempos ocupen las posiciones de gobierno en las naciones, como consecuencia del desarrollo del evangelio del reino.
Si en verdad quieres salir de esa manera enfermiza de vivir con temores, entonces acércate de una vez por todas a Cristo, exponte a su presencia sin pretender manipularlo, sólo te engañarás a ti mismo. Él conoce tu desnudez, así que acércate confiadamente al trono de la gracia y te reencontrarás con tu fe, con el amor, con tu propósito, con el camino, la verdad y la vida.
Gobierna la vida, la casa y el reino que Cristo te entregó…