Mateo 3:1-2 y Mateo 4:17, muestran un mensaje introductorio acerca del Reino de Dios. Juan lo hizo para preparar el camino a Jesús y Jesús lo hizo para comenzar a manifestar ese Reino. Jesús era la manifestación de ese Reino. Jesús era el Dios del Reino acercándose a los hombres y viviendo entre ellos (Mateo 1:23).
¿Dónde estaba el Reino antes de acercarse?
El Reino de los Cielos es un Reino eterno, en tal sentido su plenitud escapa de nuestra percepción humana limitada. Ciertas luces acerca del Reino se ponen en evidencia a través de las escrituras y nos muestran un Dios de todas las cosas que gobierna con una corte celestial, conformada por ángeles, arcángeles, querubines, serafines, y toda una gama de seres espirituales que ejecutan todo cuanto Él quiere hacer (Salmos 103;20).
Pero Dios abrió un espacio en la eternidad, un principio (Génesis 1:1) y creó los cielos y la tierra, y en la tierra plantó al hombre (Génesis 1:26-28), hecho a Su imagen y a Su semejanza.
En el corazón de Dios estaba el deseo de crear un hombre con la habilidad de manifestar el Reino Celestial en la tierra. y la escritura dice que así fue (Génesis 1:31). Lo creó para ser Señor, Gobernador y Dios en la tierra, conforme s Su imagen.
Mientras el hombre tomaba del árbol de la vida, viviendo a partir del consejo Divino, era capaz de manifestar el Reino de Dios y extenderlo sobre la tierra, conforme al propósito establecido. Hasta que en el Capítulo 3 se presenta un evento, el hombre dejo de vivir conforme al consejo Divino y empezó a vivir a partir de sus experiencias y percepciones humanas.
Esto llevo al hombre a la muerte espiritual o una separación de Dios, como le fue advertido por el mismo Creador (Génesis 2:17). Esta es la entrada del pecado.
Es necesario notar que muerte y separación se refiere a lo mismo. El hombre no murió físicamente, pero se separó del Reino de los Cielos, del cual el era embajador, diplomático o representante.
La autoridad del Reino de los Cielos, no reposaba sobre la tierra, reposaba sobre el hombre y era el hombre quien afectaba la tierra para bien, hasta que se presentó el pecado. El separarse del Reino de los Cielos cambió su naturaleza e identidad, afectando la tierra para mal (Génesis 3:17), el Reino de los Cielos se ha alejado. Se hizo inalcanzable para el hombre.
En Génesis 3:15, el Creador hace una promesa, la simiente de la mujer le pisará la cabeza a la serpiente, y en esa promesa esperaron todos los hombres justos de la tierra, todos cuantos vivieron por fe, todos los que invocaron el nombre del Señor. Hasta que un día una buena nueva se comenzó a escuchar, una buena noticia, evangelio: la simiente de la mujer ha venido al mundo, la profecía se ha cumplido, ha venido al mundo uno con imagen y semejanza Divina y en él viene la esencia del Reino de Dios, EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO.