Si hay alguien que puede enseñarnos: ¿qué es el amor?, entonces, ese alguien es Dios.
¡Dios es Amor!, esta frase de 1Juan 4:8 no es casualidad, no es inspiración, no es arte, no es un pensamiento aislado; simple y sencillamente es una verdad y me atrevería a decir que es la verdad primigenia, originaria.
Un sentimiento puede estar hoy y mañana no, pero el amor nunca deja de ser (1Co 13:8). Una emoción, un afecto, tiene un alcance limitado por el tiempo, pero el verdadero amor no está ligado al tiempo.
Como sucede con muchas palabras, sucede con la palabra amor, le damos usos y connotaciones culturales para ayudarnos a explicar nuestros pensamientos, es por eso que podemos decir una frase como ésta: !Más puro que el amor de madre¡.
Esta frase no es falsa dentro de la lógica y psicología humana, la gran mayoría de la humanidad ha experimentado ese «amor» de madre, pero eso no es amor. No me mal intérprete, la causa que le dió vida a ese sentimiento tremendo al que llamamos «amor de madre» fue el nacimiento de un hijo, así que ese llamado amor en este caso viene a ser consecuencia y el amor siempre es causa. Esto es lo que nos atrapa, lo que en nuestra mente vemos cómo incomprensible, pero poderoso es el Espíritu Santo para mostrarnos la verdad.
El amor no es una consecuencia, es causa insisto. Para darle mayor argumentación a esta verdad vamos a utilizar la traducción de la biblia RV60, donde aparece por primera vez la palabra «amor» en el capítulo 18 de Génesis versículo 24 que dice: «Quizá haya cincuenta justos dentro, de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él?». En este verso la palabra traducida por amor es “maán” en hebreo que curiosamente significa “a causa de», es decir, este verso podría también traducirse como: “¿destruirás también y no perdonarás el lugar de «por causa de» los cincuenta justos que estén dentro, de él?.
Fue por amor que todas las cosas fueron creadas, el amor nunca será una “consecuencia de”, ¡EL AMOR ES!.
Doctrinas humanas han querido hacer ver que existen varios tipos de amor, por ejemplo: Eros, Ludus, Storge, Pragma, Ágape, filial, etc. Así como más teorías sobre otros tipos de amor. No es que esté mal desde la perspectiva de definir como interactúan las emociones humanas.
De todos estos “tipos” de amor según el entendimiento humano debemos darle crédito al Ágape, no porque sea un tipo de amor, repito, el amor es uno solo, como uno solo es Dios, sino porque esta palabra es la traducción en griego de amor, lo demás son pensamientos filosóficos y teorías procedentes del pensamiento humano en su afán por dar respuestas a todas las cosas sin Dios en medio.
Estos tipos de amor mencionados anteriormente sirven para establecer principios de como se relacionan los seres humanos y en consecuencia como se manifiestan esas asociaciones. El hombre tratará de explicar y argumentar en muchas formas las doctrinas que sustenten la existencia de varios tipos de amor. Hay padres que aman a sus hijos y otros que los abandonan sin importarles nada. El amor no se genera en una persona, el amor procede de Dios y cuando esta persona está en Cristo lo manifestará. De resto todos son sentimientos y emociones que residen en el alma y nos desenfocan de lo que es fiel y verdadero.
Entonces tenemos un dilema: ¿Será que no puedo amar verdaderamente, será que nunca podré hacerlo?. La respuesta a esa pregunta nos tiene que confrontar, sí podemos, pero solo en Cristo Jesús podemos hacerlo, Jn15:5b dice: «porque separados de mi nada podéis hacer». Él es la personificación del amor, por Él y para Él fueron hechas todas las cosas y sin Él nada de lo que existe puedo o puede llegar a ser, ¿te das cuenta?: Él es causa, Él es el amor.