Distorsión cognitiva

Un llamado de atención no implica estar en contra, sin embargo, hay personas que así lo perciben.

La distorsión de la realidad se conoce clínicamente como distorsión cognitiva. Las distorsiones cognitivas son interpretaciones erróneas de la realidad que afectan la manera en que una persona percibe al mundo, llevándola a conclusiones incorrectas y a menudo, a emociones que causan irritabilidad en los demás.

Existen tres elementos comunes en las personas que sufren de esta condición, estas son: el pensamiento catastrófico, la sobregeneralización y la personalización.

Ahora bien, los colectivos, o grupos de personas, también pueden sufrir de esa distorsión. Las ideologías políticas, sociales y religiosas con fines perversos de manipulación, generan este tipo de conductas dañinas.

La iglesia de Cristo no está exenta de esta situación. Hoy, más que nunca, veo con mucha preocupación los tres elementos que distinguen la distorsión cognitiva en la iglesia.

Carácter catastrófico

Buena parte de la iglesia de hoy piensa catastróficamente, ¿por qué?, por el mensaje mal interpretado del fin del mundo que están profesando sus líderes. Declaraciones como: todo va de mal en peor, la maldad se apodera del mundo, Señor vuelve y sálvanos y la terrible gran tribulación venidera, etc., son muestra de como se ha condicionado el pensamiento del cuerpo de Cristo.

Parece que las palabras de Cristo y los apóstoles no son creíbles, palabras como: sois la luz del mundo, sal de la tierra, más que vencedores, si Jehová con nosotros quien contra nosotros, han pasado a ser meras frases para dar ánimo en medio de la agonía de un mundo que perdimos.

Sobregeneralización

Si prestamos atención, vamos a ver como ninguno de nosotros se escapa de éste flagelo argumentativo, derivado de un pensamiento formado para ser llevados por un mismo carril. El sistema educativo actual, no desarrolla al individuo, más bien, cauteriza las diferencias y le da importancia a la mal llamada “igualdad social” como ideología. Esto hace que a través de nuestro hablar se escuchen frases como: todo está mal, todo sigue igual, los hombres son así, las mujeres son así, todos los pastores son vividores, nunca me oyes, nunca me dices, etc.

Hemos pensado que desarrollar la imagen y el carácter de Cristo nos hace pensar igual, hay que vestir así, esto se puede, aquello no se puede, esto es malo y lo otro si se puede hacer. Hemos hecho de la generalización, un sistema de control del hombre, con el pretexto de no dejar que se pierda en el mundo. Lo triste de esta situación, es que los hijos de Dios estamos para afectar el mundo, transformándolo para lo que fue diseñado. Pero parece que es el mundo el que está penetrando buena parte de la iglesia, ya que se parece cada vez más a ese mundo.

Somos iguales ante Dios, pero eso no significa que seamos iguales entre si, cada uno tiene dones y talentos diferentes, otorgados para hacer cosas diferentes, complementándonos los unos con los otros.

Las normas que los hombres imponen, no pueden estar por encima de la inspiración del amor en la palabra de Dios. La sobregeneralización desemboca en sectas humanas; si no te pareces a nosotros, no eres aceptado, no eres bienvenido.

Personalización

Desarrollar una personalidad sana debe ser el norte de cualquier ser humano, sin embargo, éste no es el sentido al que me refiero cuando uso la palabra personalización.

Hablo de esa persona que sufre de egocentrismo, donde todo gira alrededor de él. Hoy la iglesia de Cristo está sufriendo de este mal. En cierto sentido la iglesia se ve así misma como el centro de todo, como lo más importante; al punto de mirar con desdén a una mujer que vestida inapropiadamente entre a un templo, y de igual forma a un hombre que llegue andrajoso.

Vemos con desagrado al pecador, al impío que está cundido del mundo, que no está al nivel de un hijo de Dios, y por consiguiente no es digno de que derramemos nuestro amor en él.

Creo firmemente que los espacios perdidos por la iglesia en nuestro tiempo, no se deben a que la maldad en el mundo esté avanzando, sino que se debe a que buena parte de la iglesia está percibiendo erróneamente la realidad.

El vencedor no huye cuando ha vencido, un heredero no entrega su herencia, un salvo no necesita que le vuelvan a salvar, y no necesito que venga Cristo porque ya estoy en Él, y Él conmigo.

Ro 8:37: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”

Sal 115:16: “Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.”

Ef 2:8: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;”

Mt 28:20b: “…y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

Ef 2:6: “y «juntamente con él nos resucitó,» y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús».

Estoy seguro, que si la iglesia entra en autoevaluación sincera, y empieza a cuestionar las doctrinas que la han regido en los últimos dos siglos, vamos a volver rápidamente a tomar los espacios perdidos, y continuaremos avanzando hasta llenar toda la tierra del monte de Jehová. Amén.

Enseñanzas Recientes

También puede leer algunas de nuestras otras enseñanzas.

Contacto

Ministerios de La Gracia – Todos los Derechos Reservados.