Como levadura

Si no reinamos, deshonramos a nuestro Señor Jesucristo...

Mt 13:33: “Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.”

     El Reino de los Cielos en la tierra fue comparado por Cristo con la levadura. La obra de Cristo es esencialmente transformadora, eso es lo que hace la levadura, hace que la masa cambie su estructura por completo.

Muchos creen aún, que el Reino de los Cielos no es una realidad presente, piensan que es para un futuro, cuando Cristo vuelva una segunda vez. Piensan que la restauración de todas las cosas, los cielos nuevos y la tierra nueva, será como un abrir y cerrar de ojos, semejante a los versículos 51 y 52 de primera de Corintios que dice: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”

Así como la levadura necesita tiempo para leudar toda la masa, así mismo una semilla de mostaza necesita tiempo para llegar a cobijar las aves del cielo.

¿Y mientras tanto que?. Quizás, aquí está lo más lamentable de una buena parte de la iglesia, esa que fue adoctrinada para “aguantar mientras Cristo viene”, esa que no lucha para reinar, pero que llama a Cristo Rey de reyes., esa que no reina aún, pero que repite ser más que vencedora.

Que incongruencia, siendo Cristo uno, la cabeza reina, y el resto del cuerpo en la espera de algún día poder llegar a reinar.

¿Cómo puede alguien reinar en justicia si no aprende a hacerlo?

Desde mi punto de vista, reinar en Cristo lo resumo de la siguiente manera: desplazar las tinieblas con la luz.

Reinar es sanar al enfermo, curar al herido, levantar al caído, echar fuera demonios; pero sobre todo manifestar a Cristo en el trabajo, en el colegio, en la familia, en el mercado, en la política, en la cultura, y en los gobiernos. El Reino es de aquellos que dan los frutos de Cristo.

Los gobiernos de los hombres y sus políticas, le temen a un Reino que los deje obsoletos, a un Reino que los haga innecesarios, a un Reino que termine con el control del hombre sobre el hombre.

Hoy, estamos en ese tiempo de leudar la masa, en el tiempo del crecimiento del árbol de mostaza. Ese es nuestro contexto, y debemos hacer lo propio. Salir de la mediocridad de “cuidar la salvación para no perderla”, y dedicarnos a extender el monte de Jehová por toda la tierra.

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