Si todos fueran como Caleb…

Nacer de nuevo no es sinónimo de cambiar

    Si no eres del tipo de persona que puede disciplinar su mente para cambiarla, entonces no verás la salvación que te brinda Jesucristo como la gran oportunidad de transformación que necesitas, verás la salvación como la finalidad de tu vida, “ser salvo” y en ti no habrá la inspiración necesaria para cambiar.

    Nacer de nuevo resetea tu espíritu y lo libera, te habilita para emprender el cambio de mentalidad requerido.

    No existe una varita mágica que transforme tu mente, eso lo tienes que hacer tú. 

     La buena noticia es que en Cristo estamos plenamente habilitados para lograrlo. Nm 14:24 dice:

    “Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.”

    ¿Acaso todo el pueblo de Israel no recibió por igual la salvación de Jehová, no recibió lo mismo todo el pueblo de Israel, no padeció los mismos 430 años de esclavitud?

   Entonces; ¿cómo se explica que Caleb tuviera el espíritu correcto, acaso Jehová hizo acepción de personas y le dio a Caleb un mejor espíritu?

¡Claro que no!

  Todos tenían el mismo espíritu, todos tuvieron el mismo trato, pero Caleb era distinto. Esa expresión “hubo en él otro espíritu”, es clave para entender porqué la mayoría de los creyentes de hoy se conforman con sentarse en una silla los domingos para participar de la alabanzas, prédicas y ministraciones, pero hasta allí; sus vidas no cambian realmente, se producen diferencias de forma, pero no de fondo. 

    Nacer de nuevo no es solo sinónimo de cambiar, nacer de nuevo debe garantizar la operación en el Reino de los Cielos con poder y gloria.

    Dios no cambia nuestra mentalidad, Él escribe su palabra en nuestra mente y corazón, de modo que no necesitemos maestros, sino que Él mismo se encarga de esa tarea.

    ¿Cómo se explica que hombres y mujeres que nacieron de nuevo vuelvan a caer, y ahora en peores condiciones de las que vivían antes de conocer a Cristo?. Estamos atestados de estos testimonios, así que el que cree estar firme mire que no caiga.

     Sólo dos de doce príncipes que salieron de Egipto entraron y operaron en la tierra prometida, esto representa el 16,6% del liderazgo de la época. 

    Con todo mi corazón espero que no ocurra lo mismo con nuestras generaciones.

Luego de revisar las escrituras, comparar significados, y buscar la inspiración de la palabra, puedo decir que lo mejor que define la palabra Caleb es “apasionado”, aquel capaz de entregar todo el corazón en un propósito. El Caleb del nuevo pacto está representado fielmente en Pablo, alguien apasionado por la ley y los profetas que perseguía a los seguidores de Cristo con todo su corazón, pero que también era muy útil como instrumento de Dios para extender el evangelio del Reino en el mundo conocido, y todo por esa misma pasión de hacer las cosas.

    Puedo decir que solo los nacidos de nuevo, que son apasionados que pueden transformarse mediante la renovación de su entendimiento. 

      Declaró que eres el Caleb de éste tiempo, el Caleb de esta generación, que se apasiona por las cosas y la obra de Dios.

   Espero en Cristo Jesús que ésta palabra sea de mucha bendición para tu vida y recuerda; tú eres el único que puede cambiar, nadie lo hará por ti.

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