Diseño es una palabra muy usada en la biblia, y encontramos una galería de hermosos diseños del Eterno que son la manifestación de su gloria y que están incrustados en la creación. El más excelente de ellos es el ser humano (agencia de Dios en la tierra), para llevar a cabo sus propósitos divinos con la ayuda maravillosa del Espíritu Santo y así dar cumplimiento a la palabra depositada en sus hijos.
La depuración del hombre es un propósito divino necesario para que éste cumpla su asignación, proceso que garantiza nuestra obediencia al Padre, quien ha de confiar en nosotros a fin de no desvirtuar los diseños que se han entregado en nuestras manos, la obediencia es un blindaje que trae protección divina.
El diseño de Dios está incrustado en nuestro ADN y éste es decodificado por el Espíritu Santo abriendo una puerta de posibilidades infinitas a las instrucciones o códigos que deben ser interpretados correctamente para no perder el enfoque o sentido del diseño que se construye con cada palabra del Creador en nuestras vidas, proveyendo así resultados extraordinarios en señales, milagros y prodigios. Todo esto produce atracción de lo requerido para lograr el diseño (recursos humanos, físicos, financieros, espirituales, etc.)
Cuando cada persona descubre su diseño expresa: “para esto he nacido”, y para que este diseño prevalezca se presentan situaciones complejas y simples, sorpresivas y sobrenaturales.
Es en este momento donde se inicia la batalla por el diseño, se tiene que lidiar con voces internas y externas que se contraponen entre si para desorientar y desenfocar al hijo de Dios, estas voces son:
La Palabra que permite separar lo falso de lo verdadero, lo santo de lo profano.
La Oración que desde una posición correcta permite atraer los constructores correctos que levantan los muros de protección.
El Espíritu Santo, agudizando los sentidos espirituales para discernir los correcto de lo incorrecto de manera de obedecer la instrucción daba por el Padre.
La Autoridad y Poder, palabras de mucha importancia espiritual las cuales son exedidas en sus límites otorgados, y que pueden derivar en abusos que deterioran el diseño de Dios.
También están las simples circunstancias personales que parecen superfluas pero son parte del proceso para manifestar o desarrollar el carácter, un ejemplo de ellas son: desánimo, desesperanza, economía, emociones, etc. Estas situaciones son las que nos pueden alejar del diseño y más aún, pueden hacer que cambiemos los principios divinos del Señor.
Además podemos ser impactados por sorpresas y urgencias, representadas en circunstancias que nos hacen perder la estabilidad del diseño y pueden hasta provocar un aborto mediante los pensamientos de duda.
Finalmente podemos enfrentarnos a lo sobrenatural, son aquellas situaciones producidas por el Eterno que aceleran el cumplimiento de la palabra que el Señor ha dicho y que provocan la liberación del Espíritu Santo atrapado en nuestros esquemas y tradiciones, para que su presencia fluya como un río que renueva y restituya el diseño asignado.
Beneficios de un diseño
Hace un mes coloqué la palabra fe en letras doradas de 42cm, con letras que hoy se usan en decoraciones para celebrar diversas fechas o actividades, éstas fueron colocadas para generar un recordatorio permanente a cada persona que hace vida en la congregación. Me llama la atención que la nomenclatura química del hierro es (Fe), material o mineral de gran utilidad para construcciones y estructuras de gran envergadura para la ingeniería mundial. Un día llego a la congregación y un hermano me dice: Pastora, las letras se han desinflado, creo que debe tener una abertura y por allí se está escapando el aire.
Entonces dije que desmontaran las letras, revisen por donde se está saliendo el aire y reparen con material adhesivo, pero no funcionaba la reparación, buscamos ayuda para detectar las ranuras en las letras, pero sólo se consiguió que las letras se desinflaran por completo. Cabe destacar que los ayudantes eran papá, hijo y un servidor.
Finalmente el niño exclamó: La fe está muy flaquita, debemos comprar otras letras. Con esto quiero concluir que el diseño de la fe, no acepta reparaciones, ni materiales adicionales para su recuperación. La fe es un diseño divino que se mantiene con la ausencia de la duda, que debe ser estirada según la circunstancia que nos corresponda vivir en nuestra vida.
Su diseño crece con la obediencia a la instrucción del Señor. Es importante permanentemente estar mirando el modelo original para no perder los detalles que el Padre a establecido y poder lograr los objetivos.
Agradecimiento especial a la Apóstol Marlene Solé