Afiémi

¿Dejar atrás?, ¿Regalo más grande?, ¿Perdonar?

    Naturaleza es adherencia a eso que reconocemos como imagen, es la capacidad de vernos a nosotros mismos a través de una imagen. Es por eso que no hay preguntas o cuestionamientos a la hora de unirse a aquello que tiene el reflejo correcto de la imagen.

    Mi Pastor decía mucho ésta frase: “equinos del mismo color de pelo se juntan para rascarse”. Eso es naturaleza.

    Ten esto presente: Perdonar es dar algo sumamente grande, es entregar el regalo más grande.

    Afiémi es lo que pasa cuando nos encontramos a nosotros mismos, es aquello que hace imposible entender como una persona es capaz de dejar todo, dejar lo que ha sido y lo que o cree ser, lo que ha logrado y lo que posee, todo por acudir al llamado de su imagen.

    Afiémi, dar el regalo más grande implica necesariamente desprendimiento, desarraigo, y esto no significa que sea un acto doloroso, todo lo contrario. Encontrarse con la imagen es el sueño perfecto hecho realidad, es como encontrar la fuente de la eterna juventud y zambullirse en ella para siempre.

    En el sistema del mundo la palabra perdón es sinónimo de debilidad, oportunidad y lástima. Es por eso que el mundo y los que están en el no perdonan porque no saben ni entienden que es el perdón, creemos perdonar, pero estamos lejos de hacerlo.

    Aquellos que luchan entre el mundo y el Reino de Dios terminarán sus días cuestionando la justicia y el perdón según el lente cristalino de sus ojos.

    Solamente los que por su naturaleza pueden nacer de nuevo y entrar en el Reino de Dios, experimentan la verdadera magnitud de la palabra Afiémi.

    En el lenguaje y los principios del Reino, el perdón es el acto irresistible de entrega a la imagen, es por eso que Jehová hace tanto énfasis en no hacernos imagen de nada.

    La palabra Afiémi pertenece al idioma griego, no pretendo crear más confusión trayendo otra transliteración al español. Pero el propósito de este escrito es que entiendas que perdonar es totalmente distinto a lo que hemos aprendido en ésta celda de engaño llamada mundo.

    Mateo 4:20 ilustra de una manera muy simple pero poderosa para el ojo observador de lo espiritual la palabra Afiémi cuando dice: «Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron». En un instante de lucidez espiritual, Simón y Andrés se vieron así mismos como el regalo más grande para darse a Cristo.

    ¿Qué dejé las redes?. Cuan difícil parece ser, implica dejar sus casas, posiciones, padres, hijos, dejar todo aquello que hiciste imagen, hacerlo en un instante y sin dudar, bajo el impulso inquebrantable de la imagen e inspiración correcta. Dejar todo lo que estaba primero para poner de primero algo que no estaba, a nosotros, porque Cristo no es primero, es el centro de todo. Esto es Afiémi, esto es el perdón, esto es lo que produce Jesucristo cuando se presenta en la vida del hombre.

    Tu y yo algo tenemos que manifestar cuando estamos frente Cristo, si Él se coloca en frente de tí y te dice: ¡Sígueme!, ¿qué harías?, ¿y si ya te lo ha preguntado por boca de alguien que vive inspirado por su imagen?.

    ¿Serías capaz de hacer Afiémi, perdonar, entregar el regalo más grande que puedas dar?

    Él se dio por completo, Él hizo Afiémi y logró quitar la enemistad que había entre su Padre y nosotros. ¡Dejó al instante su trono por ti y por mi!, lo dejo todo para ganar todo. El Padre le dijo al Hijo: A tí te escucharan, como la parábola de la viña y los ladrones en Lucas 20:13.

    Simón y Andrés lo lograron, eran imperfectos, llenos de problemas como tú y como yo. Pero ellos hicieron Afiémi, ellos perdonaron, siendo capaces de dar el regalo más grande; ¡dejarlo todo al instante por Cristo!.

    ¡Creo en mi corazón que tú y yo también podemos hacerlo!.

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