El gobierno del Reino es la herencia de aquellos que pertenecen a la orden de Melquisedec.
Ser rey y sacerdote del Dios Altísimo está reservado para aquellos que tienen un linaje de sangre real que se construye a base de sacrificio.
La escritura dice que un niño en nada difiere de un esclavo, aún cuando sea el dueño de todo. Los niños no pueden disponer de su herencia porque no saben como hacerlo.
Entonces, si de los tales es el Reino, ¿cómo pueden participar de la herencia de un Reino inconmovible?.
Muchas veces me pregunté: ¿qué tienen los niños para que el Reino sea de ellos?, alguna vez dije porque son inocentes, pero con la inocencia no se gobierna. Otra vez dije porque son obedientes, pero la obediencia del niño no distingue si es a Dios o a los hombres, así que tampoco es eso. Le oí decir a alguien que es porque tienen corazones puros, aún así sigue siendo niño y eso lo inhabilita para gobernar. También recuerdo que dije porque los niños son dependientes y la dependencia de Dios es un rasgo necesario para poder gobernar; pero eso no borra la condición de inmadurez que un regente no puede darse el lujo de manifestar.
En fin, un niño no puede gobernar, en consecuencia tampoco puede reinar y como dije antes, no puede disponer de su herencia.
El gran maestro no se estaba refiriendo a niños explícitamente en la analogía de Mateo 18:3, sino a hombres y mujeres con la capacidad natural que tienen los niños para desarrollar nuevas formas de pensamiento, capaces de dejar atrás los filtros de un mundo corrupto y decadente. Para eso se necesita ser manso y humilde de corazón como lo dijo Jesucristo.
Mt 18:3: “y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.”
Son estos hombres y mujeres los que podrán llegar a tener la mente de Cristo, gobernando con Él durante todo el proceso de perfección, a través de las aflicciones que se presenten en sus vidas. Son los verdaderos creyentes que caminan hacia lo que ya son en Cristo, darle cumplimiento (justicia) a lo que el Padre hizo desde el principio. Son más que vencedores porque echaron fuera el temor.
Is 46:10: «que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;»
Más que vencedor no quiere decir que no temas porque vencerás, quiere decir que no temas porque ya venciste, y sólo una mente renovada puede experimentar esa verdad espiritual.
A nivel espiritual la vivificación del espíritu gracias a Cristo, no debe verse como el nuevo nacimiento del que le hablaba Jesús a Nicodemo, recordemos que el espíritu es de Dios y éste vuelve a Él, el nacer de nuevo debe verse en el orden de un alma regenerada, con un entendimiento renovado, es decir, tener la mente de Cristo. Si no cambiamos la manera de pensar como lo hace un niño, ese nuevo nacimiento no será una verdad en nuestra vida.
Hoy es el día propicio para volvernos mansos y humildes como un niño, ávidos como una esponja para aceptar y reaprender con el filtro del Espíritu todo lo que Dios nos quiere mostrar.
En el Reino no existe un full day, tampoco planes turísticos para ir a ver si te gusta o no lo que habla tu Pastor. Cada acción donde el Reino de los Cielos está involucrado exige la madurez y la mente de Cristo.
Abre los ojos y despierta, tu niño interior grita desesperadamente que te vuelvas y te dejes enseñar por Cristo, para que vivas la palabra como lo haría un niño que aprende sin poner peros a las experiencias de un Reino que espera ser arrebatado por nosotros.